El mítico viaje de Cristina Rosenvinge
Estableciendo paralelos entre la mitología y la complicada trama del alma humana, Cristina Rosenvinge vuelve al ruedo musical. Su novena producción, se llama “La joven Dolores” y le ha significado recibir como nunca antes, las mejores críticas de su carrera. La cantante de voz susurrante, después de un largo camino recorrido, conquistó el gusto de los críticos con una placa catalogada de obra maestra por la influyente revista “Rolling Stone” y que ha sepultado para siempre los ácidos comentarios que recibió al principio de su carrera, cuando fue considerada, una más, de un espectro enorme de desechables cantantes pop. Su nuevo trabajo musical, además de presentar a una pléyade de talentosos y reconocidos músicos tales como: Steve Shelley (Sonic Youth), George Hubley (Yo La Tengo) y Benjamín Biolay, representa la conformación de un sonido propio que ha creado a pulso a través de diversas búsquedas artísticas. Así conformó, un universo sónico donde tiene lugar un pop vanguardista, guitarras rockeras y un toque de actitud naif. En la “Joven Dolores” aparece todo ello, pero en esta ocasión, además le imprime tintes de magia. Escuchar este disco es sumergirse en un viaje legendario, donde sirenas, ninfas y divinidades transitan por canciones como “Mi vida bajo el agua”, “La canción del eco” o “Debut”, todas ellas imbuidas de una atmósfera volátil y luminosa. Cristina Rosenvinge, se inició en bandas como “Ella y los neumáticos” y “Magia Blanca”, pero sólo en 1988 se dio a conocer masivamente con el dúo “Alex y Cristina”. En 1992 se lanzó como solista con el disco “Que me parta un rayo” obteniendo gran éxito tanto en España como en Latinoamérica, con canciones como “Voy en un coche” y “Mil pedazos”. Editó luego los discos “Mi pequeño animal”, “Flores raras” y “Cerrado”. Emigró a Estados Unidos junto a su pareja de aquellos años el escritor Ray Loriga y entró en su etapa experimental y conocería a figuras del circuito alternativo como Lee Ranaldo de Sonic Youth. Resultado de aquella incursión salen a la luz, tres discos: “Frozen pool”, “Foreign Land” y “Continental 2”. Volvió el 2007 separada, pero llena de ideas. Edita aquel año “Verano fatal” con Nacho Vegas y el 2008 lanza el álbum que la devolvió a las grandes ligas “Tu labio superior”. Ahora, con “La Joven Dolores “se consagra y ha iniciado una serie de presentaciones para mostrar las canciones de éste disco y que incluye dentro del itinerario a Chile. Para los fanáticos esta cita es imperdible y la ocasión ideal para ver a un ángel susurrando melodías celestiales en la Tierra.